Uno de los lugares que seguramente vas a querer visitar, en
tu estadía en mi ciudad, seguramente va a ser el Cementerio de la recoleta. Este,
está lleno de historias, y personalidades importantes que forjaron gran parte
de la historia reciente de mi país.
Pero vamos a empezar por sus comienzos, en 1820, durante el
gobierno de Martin Rodriguez y su ministro Bernardino Rivadavia expropiaron
parte de los terrenos ocupados por la Congregación Franciscana. Estos terrenos eran
los huertos de dicha congregación. Cabe recordar que los muertos eran inhumados
en predios llamados camposanto, que en su mayoría se encontraban en la parte
posterior de las iglesias.
En estos terrenos expropiados, fue donde hoy en día se
encuentra el Cementerio de la Recoleta, antiguamente llamado Cementerio Norte.
Que dicho sea de paso fue el primer cementerio público de la ciudad de Buenos Aires.
El proyecto estuvo a cargo del Ingeniero Próspero Catelín,
que vale recordar que en sus comienzos el cementerio era solo para católicos.
Su inauguración fue en el año 1822.
Según se puede ver en los registros, los primeros en recibir
cristiana sepultura fue una joven uruguaya, de nombre Dolores Maciel y un joven
llamado Juan Benito.
El presidente Bartolomé Mitre en 1863 firmó un decreto que permitía
los entierros de practicantes de otras religiones.
Cabe recordar que con el tiempo el cementerio del Norte, había
llegado a un estado de deterioro y abandono bastante importante, lo que en 1880
el primer intendente de la Ciudad de buenos Aires, Torcuato de Alvear,
encomienda al arquitecto Buschiazzo, una remodelación del mismo. Esto incluyo
la pavimentación de sus calles internas, construcción de un muro perimetral de
ladrillos, como así también un pórtico en la entrada con doble hilera de
columnas de fuste acanalado de orden dórico. También se puede observar que en
el friso de la entrada se destacan 13 alegorías y símbolos de la vida y de la
muerte.
Hoy en el día El cementerio del Norte, conocido como el
Cementerio de la Recoleta, ocupa 5 manzanas y media, con alrededor de 4900
sepulcros a perpetuidad. Más de 70 bóvedas ya fueron declaradas Monumentos Histórico
Nacional, y el cementerio en si es considerado un Monumento Histórico Nacional
desde el año 1946. Esto fue por los personajes ilustres que allí descansan, por
su calidad arquitectónica y sus magníficas esculturas.
El cementerio de la Recoleta, es uno de los más importantes
y visitados del mundo, junto con el de Staglieno* en Génova y el Père Lachaise*
de París.
Ni bien se ingresa, se puede observar en el piso tres
fechas, la primera es de 1822 (año de su creación), 1881 (año de la primera remodelación)
y por ultimo 2003 (tercera remodelación)
Cuando ingresamos se encuentra a la derecha la capilla de la
religión católica y cuyo altar hay un Cristo que fue realizado en mármol de
Carrara Blanco de una sola pieza. Este estuvo a cargo del escultor italiano
Giulio Monteverde (recordemos que fue el maestro de Lola Mora). Se puede
observar también en el altar realizado en granito, la frase que dice Ego sum
resurrectio et vita" (Yo soy la resurrección y la vida).
Y cuando ingresamos a la izquierda, se encuentra un pulpito
utilizado para las ceremonias de otros cultos.
Fotos: Gerardo Dominguez Rogina
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